La conducta agresiva surge en el seno de las relaciones familiares más
tempranas; tiene que ver con el medio cultural, también con las experiencias
infantiles de los adultos que agreden, pero puede prevenirse a tiempo si hay
colaboración de los padres y la escuela; esta conducta puede tener efectos
irreversibles si durante los primeros años de vida sin ser atendido
adecuadamente ya sean los padres agresores y al niño agredido o maltratado.
Este problema es complejo
porque, es uno de los fenómenos de raigambre psicosocial que se origina y
repercute en la convivencia entre hombres y mujeres, entre niños y adultos,
entre ancianos y jóvenes: es decir, entre los fuertes y los débiles, teniendo
en cuenta que la fuerza física no es la única medida de ser fuerte o débil,
pues hay formas indirectas de agredir y maltratar.
Luisa Ávila #38
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